El embajador de un reino occidental cruza el umbral de la Magnaura, la gran sala de recepciones del palacio imperial bizantino. El aire vibra con una mezcla de temor y expectación, su misión es diplomática, pero su mente está a punto de ser conquistada por un espectáculo sin igual. Frente a él, el e| La Brújula Verde
En el artículo dedicado a los mardaítas, los montañeses cristianos que mantuvieron su autonomía entre Bizancio y el Califato, hicimos referencia a los Akritai (o Akritoi), unos soldados de infantería ligera que custodiaban los límites orientales del Imperio Bizantino y eran reclutados entre los camp| La Brújula Verde
No son pocas las obras literarias y cinematográficas que hay sobre la Primera Cruzada y en la mayoría, empezando por la anónima Gesta Francorum o por el famoso poema épico de Torcuato Tasso La Gerusalemme liberata ("Jerusalén liberada") aparece un curioso personaje que fue uno de sus principales líd| La Brújula Verde
No se la llamó "faro de la civilización" porque sí. El legado de Roma fue tan inmenso -en todos los ámbitos- que siglos después de caer seguía habiendo pugnas por ostentar la legitimidad de su representatividad póstuma, algo que se prolongó hasta bien entrada la Edad Media e incluso más allá, a la M| La Brújula Verde