Una puerta que chirría. Un suelo que cruje bajo nuestros pasos. Unos recuerdos de infancia de un miedo que nos invade de repente. La casa, símbolo de refugio| Revista Mercurio
—Double, double, toil and trouble (Macbeth, acto IV, escena I, William Shakespeare) En una noche oscura, con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ven| Revista Mercurio
Primeros días de diciembre, año 1930. En Tübingen, una pequeña ciudad universitaria cercana a Stuttgart, se reúne un grupo de físicos, la mayor parte de e| Revista Mercurio
Año 1977, Frederik Pohl publica una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos: Pórtico. En ella da existencia ficcional a un psiquiatra| Revista Mercurio
Existen dos tipos de fantasmas: los buenos, aquellos que aparecen en las historias de terror; y los malos, aquellos que con sus acciones provocan verdaderas pes| Revista Mercurio
Oye atento, y del arte no disputes, que en la comedia se hallará modo que, oyéndola, se pueda saber todo. Arte nuevo de hacer comedias, Lope de Vega (1609)| www.revistamercurio.es
Los mejores modelos científicos tienden a lo mínimo, a extraer los rasgos esenciales de un proceso procurando que sean los precisos para describirlo. Explicar| www.revistamercurio.es
Hace décadas que la producción de mercancías se desligó de la satisfacción de necesidades y en los países enriquecidos el consumo paso a convertirse en un| www.revistamercurio.es
Desde la altura de Las Setas, estructura de madera y hormigón, la luz sevillana adquiere una tonalidad única. Tiene mucho que ver, de día, con la latitud en| www.revistamercurio.es
Este 2025, abril en Sevilla será el mes de los videojuegos y la cultura digital. Del 24 al 27 la ciudad estrena los GEM AWARDS, evento internacional de referen| www.revistamercurio.es
El 80 aniversario de la editorial Paidós había que celebrarlo de alguna manera especial. Y la convocatoria de un premio destinado a reconocer un ensayo sobre| www.revistamercurio.es
Acabada la pandemia descubrí accidentalmente un cómic alucinante titulado Zona crítica y que firmaba Simon Hanselmann, un autor del que no sabía nada. El c| Revista Mercurio