El sector agrícola es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero en la UE. El calentamiento global y la sequía cada vez más frecuente nos obligan a adoptar unas prácticas agrícolas más sostenibles desde el punto de vista ecológico. En Catalunya, una iniciativa local inspirada en los principios del decrecimiento se ha convertido en un gran ejemplo de agricultura ecológicamente responsable.