Las violaciones sexuales son una clara forma de abuso contra la mujer pero el abuso de poder y fuerza es aún más cruel si cabe cuando el agresor se vale de su cargo y superioridad jerárquica para perpetrar el delito. Éste es el caso de las niñas colombianas reclutadas por la FARC, usadas sin piedad como esclavas sexuales y obligadas a abortar incluso en Estados avanzados de su gestación con el único propósito de acabar con la prueba del delito. El desprecio hacia sus vidas y las de su...