Comprar un coche seguro no debería ser un misterio, pero las marcas se empeñan en llenarnos la cabeza con siglas raras y conceptos técnicos. Al final, lo que importa de verdad son tres cosas básicas: que no te mates si chocas, que el coche te ayude a no chocar, y que si pasa algo malo, tengas tiempo de reaccionar.