La galería de indicios publicada por la fiscalía de Jalisco convocó al rancho Izaguirre, en Teuchitlán, a madres buscadoras que, cuando vieron las prendas, sintieron una conexión con su hijo desaparecido. Unos jeans, una certeza o una simple corazonada fueron suficientes para que acudieran a las puertas del lugar, con la esperanza de hallarlos y a la vez el temor de haberlos perdido consumidos por el fuego Por Marcela Turati para A dónde van los desaparecidos A bordo del autobús...