El genocidio que lleva adelante el Estado de Israel en Gaza no sería viable sin el respaldo de actores económicos que lucran con esa política. Este artículo detalla qué compañías están implicadas, cómo participan y qué responsabilidad jurídica podrían enfrentar. Argumenta que, para detener el genocidio, hay que presionar las bases económicas que lo sostienen.