Haciendo una tele transportación al más allá, hemos contactado a doña Tinita que en los aposentos altos ofrece sus dobladas, enchiladas, chuchitos y atoles a los ángeles y mártires de la facultad de Ciencias Económicas. Doña Tinita, que bien se le ve, ella responde pues mijo acá ya descanso en paz y ofrezco mis productos con sumo placer a varios de los patojos que un día llegaron a mi puesto, algunos de ellos los secuestraron o asesinaron, casualmente eran de lo que aunque me pedía...