Tras las jornadas revolucionarias de julio de 1936, el anarquismo español demostró su fuerza parando en medio país el golpe militar y organizando el germen de una nueva sociedad. Comenzó, también, la colaboración con el resto de fuerzas políticas antifascistas, especialmente con la UGT, con el objetivo de formar un frente sindical. Esta colaboración tuvo su corolario en la participación en el gobierno de la nación con cuatro ministros: dos por la CNT y dos por la FAI, lo que produjo...