Con la nueva construcción del muro fronterizo comenzando este mes en el sector de Tucson, la vida silvestre experimentará una mayor fragmentación del hábitat a través del valle de San Rafael y las montañas Huachuca. Nuestra investigación muestra que el muro fronterizo, con bolardos de 6 pulgadas separados por apenas 4 pulgadas de espacio entre los bolardos, impide que el 86% de la vida silvestre terrestre cruce la frontera.