Las grandes operadoras reservan sus mejores precios para los clientes que amenazan con llevarse su línea a la competencia. Mientras que las nuevas altas tienen que elegir entre las tarifas oficiales que se muestran en la web, algunos clientes disfrutan de descuentos de hasta el 50%, en algunos casos permanentes, que sólo se ofrecen como último recurso para evitar que se vayan.