TOM ENGELHARDT Imaginemos por un momento que una bomba nuclear explota sobre... bueno, elijan ustedes: Pakistán, India o, por qué no, Ucrania, Rusia o Estados Unidos. Les garantizo una cosa: los titulares de las noticias serían (y uso la palabra deliberadamente) explosivos durante días (¿semanas, meses?) seguidos, suponiendo, claro está, que quedara algún medio de comunicación para cubrirlo. Y, sin embargo, aquí está lo extraño: en este mismo momento, se está produciendo en nuestr...