En los últimos meses (o último año), todo el mundo habla de la Inteligencia Artificial (IA). Hay titulares que insisten en que la IA nos va a quitar el trabajo, que no está lo suficientemente madura o que las empresas no ven retorno de inversión (ROI). Pero, ¿sabes qué? Me parece que cuando hablamos así, detrás de esos grandes titulares, olvidamos lo que realmente importa: el para qué de la IA. Porque es justamente en los casos concretos, reales, donde la IA puede brillar.