Desde hace años, existe la teoría de que las grandes compañías tecnológicas, a través de sus aplicaciones para smartphones, espían las conversaciones de los usuarios activamente para saber de lo que hablan y de sus gustos aprovechando el micrófono. Hubo una época en la que se popularizaron los vídeos que ponían a prueba la hipótesis; youtubers que hablaban durante un minuto acerca de un tema específico para encontrarse, nada más abrir un sitio web al azar en Google Chrome u otro...