Durante años, la biotecnología ha vivido con una promesa y un riesgo: cualquier persona con un ordenador y una tarjeta de crédito puede pedir ADN sintético por Internet. Las empresas que fabrican estas secuencias genéticas incorporan potentes filtros de seguridad capaces de detectar si un cliente intenta encargar fragmentos que podrían formar parte de un virus, una bacteria peligrosa o una proteína tóxica. Sin embargo, un grupo de investigadores liderado por Microsoft acaba de descubr...