Justo un año después de anunciarlo, Belén Aguilera hace realidad el sueño de su primer concierto en el Movistar Arena de Madrid. Ante un público embrujado por su liricismo, la joven catalana propone un espectáculo ambicioso donde se mezclan los éxitos electropop, la melancolía del piano, las influencias operísticas y una voz hipnótica.