El reciente fallecimiento de la primatóloga Jane Goodall, el pasado 1 de octubre de 2025 a los 91 años, no solo representa la partida de una de las figuras más importantes en la defensa de los derechos de los animales no humanos y los derechos de la naturaleza en la Tierra, sino también una forma de ver el planeta y la vida misma, que la llevó a cuestionar los fundamentos mismos de la civilización humana.