Ucrania, Palestina, Sudán, el Chad, Nigeria o Haití… trabajadores humanitarios repartidos en la primera línea de estos países con conflictos abiertos señalan un patrón alarmante que se extiende peligrosamente. En estas y otras regiones del mundo se mata de hambre a civiles inocentes y menores en un nuevo contexto marcado por la tecnología, la globalización y las políticas de poder en las que la nutrición de la población civil se ha convertido en un arma de largo alcance que conll...