Que tus cargos públicos ignoren la disciplina de partido y pacten con tu principal adversario político puede ocurrir. Que muestren una perfecta indiferencia cuando se les abre un expediente tampoco es demasiado raro. Pero que todos tus concejales del territorio en conflicto –menos uno– se pasen al grupo de no adscritos y tu organización política se vea reducida a cenizas es algo tan impresionante que solo le puede suceder a Juan Manuel García Casañas, que a última hora del martes p...