Al cabo y en una tromba los nuestros dieron la respuesta: «¡Ay, que dolor!», gritó la mujer joven, y «¡Ayayay!», balbuceó la abuela ciega, a sabiendas de que los suyos volvían de un más allá menos que distante, pero impersonal. La Bulla, ominosa, nos siguió kilómetros y desapareció, o eso […]| Granta
Federico Robledo buscó sobresalir desde muy niño. Otros párvulos con aptitud para el dibujo aspiraban si acaso a dibujar con cierta corrección. Él quería ser el mejor dibujante o nada. Y se atuvo siempre a esa disyuntiva radical. A los doce años ejecutó su primera obra digna de memoria: un […]| Granta
Se marcharía, tiraría hacia el sur. Desde el amanecer no soplaba el viento, y él estaba allí, entre los demás, envuelto en el polvo de mármol que se acumulaba como una niebla. No servía el casco protector de color blanco, no servían las gafas protectoras de color oscuro, ni el […]| Granta
«De su amor desaparecido recorrió nicho tras nicho, fosa tras fosa, buscando los ojos que no encuentra». Raúl Zurita 1 —¡Abre la puerta, carajo! Los hombres con chompas negras, botas y pasamontañas golpean el portón con sus fusiles, como si quisieran romperlo. Jirón Manco Cápac 578, Huamanga, Ayacucho. Una […]| Granta
Durante más de la mitad de mi vida he estado inmersa en la traducción. Me mudé a los Estados Unidos con dieciocho años y, aunque mi lengua materna sea el español, hablo el inglés con tanta fluidez como la de un nativo. Cuando se vive entre lenguas, la conversión del […]| Granta
Bertine Serraud viajó por primera vez a La Habana en octubre de 1969, invitada por Casa de las Américas. Por entonces ella y Erskine vivían la mayor parte del año en Bruselas, en un apartamento que…| Granta