La estabilización de la realidad, tal es la angustia profunda que funda la era civilizatoria de Occidente. Occidente se erige sobre la voluntad de acaparar lo que ya no se puede sentir. La carencia es la sustancia esencial de lo civilizado, y su única realización posible es reinar sobre los cadáveres. Ya no es cuestión de aferrarse a lo que anima una vida, sino de someterse a la inclinación de una supuesta Salvación. La Iglesia es una de las realizaciones de este paradigma: retener a s...