El sufrimiento de otros puede justificar la compasión, pero sólo si ese sufrimiento es inmerecido. Alguien que es encarcelado injustamente puede provocar tu compasión, pero no si ese alguien ha sido debidamente encarcelado por cometer un delito. Simpatizar con este último es traicionar moralmente a su víctima, y subvertir el principio de justicia. Puedes compadecerte […]