En el presente artículo se pretende demostrar que la democracia directa presenta unas características que hacen de ella un sistema totalitario. Aunque este argumento ya ha sido expuesto con anterioridad,[1] lo que se persigue en esta ocasión es llevar a cabo una labor de síntesis que concrete esa naturaleza totalitaria de la democracia directa. Para esta tarea es necesario determinar con claridad los rasgos que definen a un sistema totalitario para identificar su correspondencia con la de...