A los bancos les puede ir muy bien, aunque a la economía mexicana le vaya muy mal. Si llegamos al extremo como en 1994-1995, esta afirmación es falsa. Pero es perfectamente factible que los bancos ganen bien con una economía estancada. Y no hay ninguna razón, de ningún tipo, que vaticine un futuro mejor el próximo año o incluso para todo el sexenio.