Cuando sabes que tu aplicación va a ir a producción en Kubernetes desde el minuto cero, lo último que quieres es mantener un docker-compose.yml, un .aspire.app, un conjunto de manifiestos k8s/, y encima repetir la configuración en CI/CD. La tentación de crear “entornos de desarrollo paralelos” es alta, pero el coste a medio plazo también lo es.