El lunes, por fin, pude ver en vivo y en directo, una obra que evoca la genialidad del Renacimiento condensada en una imagen icónica: el Hombre de Vitruvio. Esta figura no es solo un dibujo anatómico, es una declaración de la armonía entre el ser humano y el universo, basada en las proporciones descritas por el arquitecto romano Vitruvio, que Leonardo reinterpretó.