En el corazón de Jerez de la Frontera, a caballo entre el siglo XIX y el XX, vivieron Pedro Domecq Loustau y su esposa Carmen Núñez de Villavicencio y Olaguer Feliú, un matrimonio cuya vida fue un auténtico evangelio hecho obra. Aunque pertenecían a familias de renombre y gozaban de una posición acomodada, nunca se encerraron en su mundo. Por el contrario, hicieron de su hogar un centro de acogida y de sus vidas un servicio continuo a Dios y a los demás. Su caridad no se limitaba a fi...