No fue simplemente una novelista ni una periodista francesa; fue un acto de sabotaje cultural encarnado en cuerpo y palabra, una fuerza disruptiva que se plantó firme en el siglo XIX, ese tiempo anquilosado que se construía sobre exclusiones sistemáticas. Su obra, a la vez lirismo punzante y crítica mordaz, no solo atravesó el amor, la injusticia social y la desigualdad de género, sino que los hizo estallar en mil pedazos para reinventar la escena literaria y política La entrada George...