En un cruce de caminos entre la fe y la razón, un pequeño pueblo de Palencia se hace lugar entre la comarca de Tierra de Campos para mostrar uno de los puntos donde se vive y se refleja la más pura esencia del Camino de Santiago Francés. Aquí la llanura parece infinita mientras que los campos dorados de cereal -quienes ayudan a dar nombre a la comarca- se mecen en un horizonte que cuesta distinguir. Pero más allá de un entorno que contribuye a darle el carácter rural que lo caracteriz...