En verano las uñas suelen debilitarse por el sol, la sal del mar, el cloro de la piscina y los cambios de temperatura. Por eso, no es raro que terminen resecas, quebradizas y sin brillo. Por suerte, recuperar su esplendor no es complicado. Sigue los cuidados que te explicamos paso a paso para presumir de unas manos impecables.