Al llegar a Santiago de Compostela, ya sea a pie o sobre ruedas, es fácil dejarse deleitar por la imponencia de su aclamada catedral o por las colosales plazas que se abren a sus alrededores como escenarios atemporales. A pesar de ello, más allá de ese primer fulgor monumental, la ciudad parece guardar en cada rincón un as bajo la manga con el que sorprender al visitante, pero que solo saben revelarse a quienes se atreven a mirar un poco más allá de lo evidente… Eso es exactamente lo ...