En 1979 el agua cambió para siempre la historia de este rincón en el interior de Asturias. El embalse llegó como una sentencia de muerte y las aguas sepultaron el pueblo original. Pero algo extraordinario ocurrió: obligados a trasladarse falda arriba, descubrieron que su pueblo natal no había desaparecido; ahora se reflejaba en la superficie del agua, duplicado, perfecto, eterno. Lo que comenzó como destierro se convirtió en revelación. Descubrieron que todo reflejo es una segunda o...