En el interior de Cantabria, el paisaje cambia de forma inesperada: los valles se estrechan, los ríos se abren paso entre desfiladeros y los pueblos parecen aferrarse a la montaña. En esta zona encontramos una combinación mágica de patrimonio histórico y naturaleza protegida. Aquí las tradiciones siguen vivas en las casas de piedra, el silencio domina las calles y los caminos conducen tanto a miradores naturales como a templos que han resistido durante siglos. No es un lugar de paso rá...