Vislumbrar los 66º 33’ Norte del planeta es un acto de fe. Llevar hasta allí un festival de cine lo es aún más. Desde Hornstrandir –la reserva natural más extrema de los Westfjords– esta latitud es vista como una línea imaginaria; un límite poético que, en el horizonte, roza con el círculo polar ártico. Frente a él, la naturaleza virgen desafía con su fuerza intangible. Vientos y neblinas danzan en el paisaje junto a un silencio restaurador y una luz solar que, en esta épo...