La costa noroeste de la península ibérica resguarda escenarios donde el Atlántico se presenta en estado puro. Acantilados cubiertos de vegetación autóctona se hunden abruptamente en el mar, mientras playas de arena dorada se abren paso entre formaciones rocosas, protegidas del fuerte viento atlántico por laderas boscosas. Miradores naturales permiten contemplar la ría en todo su alcance, con vistas que alcanzan, en días despejados, hasta la silueta de la Torre de Hércules al otro lad...