El mundo está en deuda con Alan Turing, el genial matemático inglés que descifró los códigos que los nazis enviaban con su máquina Enigma. Aunque gracias a su descubrimiento se salvaron millones de vidas, Turing tuvo que hacer frente a la intransigencia de su época, que lo convirtió en un paria y acabó con su vida. La reparación póstuma de su dignidad y su reconocimiento como científico llegarían demasiado tarde para él.