El sistema migratorio estadounidense no está roto: funciona perfectamente para criminalizar y aterrorizar. Su violencia, lejos de ser nueva, es un proyecto bipartidista que se ha financiado y fortalecido por décadas. Pero frente a las redadas y la crueldad calculada, las comunidades migrantes tejen redes de resistencia y solidaridad. La consigna es clara: no callar, organizarse y abolir un sistema de opresión The post «Nosotros no paramos»: la sombra de la deportación y la red que la de...