Las grandes historias se basan en narrativas simples: una, dos o varias personas en un garaje crearon…, tres puntos suspensivos a rellenar con el gigante de turno. Pero detrás de esta aparente sencillez siempre hay un relato más elaborado: idas y venidas, apoyos familiares, aprendizajes, errores e intentos, toda una serie de detalles que no quedan tan bien para crear una mitología, pero que dan una narrativa mucho más rica. En la historia de Google hay dos chicos en un garaje, sí, pero...