-Gracias por venir -dijo Lem mientras salía de detrás de la barra y se sentaba en uno de los altos taburetes que la flanqueaban-. Como la mayoría ya sabéis,| www.revistamercurio.es
Este es el capítulo centésimo segundo de La Taberna Flotante. Estás ante la puerta del malfamado tugurio galáctico, que es un espejo gris (es decir, blanqui| www.revistamercurio.es
No había mucha gente en la Taberna Flotante. En un rincón apartado, bajo una silenciosa campana extractora que impedía que el humo se dispersara por el local| www.revistamercurio.es
En enero de 2023, Carlo Frabetti publicaba en la revista Mercurio una entrega titulada La Taberna Flotante. El matemático, escritor y divulgador (no necesariam| www.revistamercurio.es
-No sabía que hubiera serpientes en Münchhausen -dijo Casandra. -No las hay -aseguró Lem. -Al menos una -replicó ella señalando hacia la puerta. -Una qu| www.revistamercurio.es
Poco después de ser dejada en libertad por los Veladores, Casandra coincidió en la Taberna Flotante con el profesor Puntofijo. El matemático se sentó en un| Revista Mercurio
En un apartado rincón de la Taberna Flotante, bajo una silenciosa campana extractora que impedía que el humo se difundiera por el local, Mou Gonza y Ric Ric (también conocido como Grillo por ser su nombre onomatopeya del canto del ortóptero) compartían un anacrónico narguilé. Y también compartían su interés por el corpulento nohumano que, sentado en uno de los taburetes de la barra, conversaba con el tabernero.—En| Revista Mercurio
La segunda vez que la cantante calva entró en la Taberna Flotante llevaba una finísima diadema azul, que más bien parecía una línea trazada con regla sobre su frente.Nada más verla, las pocas personas que había en la taberna se marcharon en silencio. No querían volver a oír su desazonadora canción, ininteligible pero vigorosamente disuasoria.—Salve, Bernadette —la saludó Lem desde detrás de la barra.—Soy Vana 16 —contestó ella con voz átona sentándose en un taburete—.| Revista Mercurio