En un apartado rincón de la Taberna Flotante, bajo una silenciosa campana extractora que impedía que el humo se difundiera por el local, Mou Gonza y Ric Ric (también conocido como Grillo por ser su nombre onomatopeya del canto del ortóptero) compartían un anacrónico narguilé. Y también compartían su interés por el corpulento nohumano que, sentado en uno de los taburetes de la barra, conversaba con el tabernero.—En