En 1936, España se convirtió en el escaparate más sangriento de Europa. Las potencias se medían sin declararlo, los partidos se mataban entre ellos y, de paso, medio mundo intelectual decidió que aquí había que estar. A Barcelona llegaron novelistas, poetas, fotógrafos, charlatanes, espías y buscavidas. Hemingway se emborrachaba con […]